Alimentos & Co para calmar la ansiedad

Llega las 6 de la tarde y ¿a quién no le apetece algo dulce? Cuando una persona tiene ansiedad, no puede evitar picar entre horas y no precisamente zanahorias!

¿Qué síntomas tiene una persona con ansiedad?

A nivel físico: temblores, malestar digestivo, mareos, se acelera el latido del corazón sin motivo, sudoración, sequedad de boca y dificultad para tragar, etc.
A nivel psicológico: inseguridad, temor, miedo, preocupación, problemas para concentrarse, pensamientos negativos sobre uno mismo, dificultad para tomar decisiones, etc.Pero por suerte tenemos algunos trucos para que puedas calmar la ansiedad y que consigas seguir una dieta más saludable.

Lo principal es darse cuenta del comportamiento incorrecto que estamos teniendo respecto a la comida; picar entre horas, comer alimentos poco saludables, etc… Una vez nos hayamos dado cuenta de los errores que cometemos podremos comenzar a hacer pequeños cambios en ellos y poco a poco conseguir erradicarlos.

Existen alimentos que pueden ayudarte a reducir el estado de ansiedad, ya que contienen sustancias que regulan procesos neurológicos y hacen calmar la ansiedad.

Los frutos secos, son alimentos con unas propiedades nutricionales excelentes, aunque durante muchos años han estado vetados en la dieta. Existen muchos estudios en los que se han obtenidos resultados positivos en cuanto a la ingesta de frutos secos y sus propiedades para prevenir enfermedades cardiovasculares y su importancia en dietas de bajada de peso por su contenido en ácidos grasos esenciales. A esto, hay que sumar la capacidad de calmar la ansiedad gracias a su contenido en magnesio y su efecto saciante por las grasas cardiosaludables que nos aportan.

 

 

Las verduras y hortalizas, son alimentos muy nutritivos en cuanto a vitaminas y minerales. Muchas de las vitaminas que contienen son fundamentales para el buen funcionamiento de nuestro sistema nervioso, y por lo tanto ayudan en la regulación de la ansiedad. En especial las vitaminas del grupo B y el potasio. Además, al igual que los frutos secos, la fibra vegetal que contienen hace que la sensación de saciedad llegue antes, en comparación a cuando hacemos una ingesta sin verduras.

Los alimentos de origen animal como las carnes, el pescado, el huevo, lácteos y derivados además de ser las mejores fuentes de proteínas, contienen triptófano, un aminoácido que regula la ansiedad. Es el precursor de la hormona serotonina, más conocida como la hormona de la felicidad.

 

En cualquier persona sustituir los cereales blancos (arroz, pan, pasta, etc) por cereales integrales aporta mucho beneficios como el aporte de fibra para ayudarnos a regular nuestro sistema digestivo, pero además, los granos enteros aportan magnesio, un mineral que interviene en procesos metabólicos que promueven la acción de sustancias que reducen nuestro estado de ansiedad e incrementan el de saciedad.

Los aceites de pescado y el pescado azul contienen una gran cantidad de ácidos grasos esenciales o cardiosaludables (omega 3 y omega 6) que ayudan a mantener un buen estado de salud a nivel neurológico y cerebral, además de su efecto antioxidante que retrasa el envejecimiento de nuestras células.

 

 

Los cambios en la alimentación son muy importantes para reducir la ansiedad, a esto hay que añadir cambios en los hábitos de vida.

Realizar ejercicio físico de forma regular. Es decir, como mínimo 3 veces a la semana con una duración de 1 hora en cada sesión. Realizar ejercicio físico no solamente aporta beneficios para nuestros músculos y nos permite conseguir el peso deseado, sino que también aporta beneficios psicológicos e incrementa la salud cerebral.

Tener una vida activa. No solamente hacer ejercicio físico regularmente, también es importante hacer otras actividades en tu tiempo libre para evitar sentimientos negativos que nos lleven a la ansiedad. Por ejemplo, apuntarse a clases de baile, aprender un idioma, aprender a tocar un instrumento, ir al teatro, empezar a seguir una serie nueva, leer, etc.

Eliminar conductas o hábitos poco saludables. Hay que tener un pensamiento positivo y disfrutar de lo que nos hace sentir bien, para no centrarnos en emociones negativas. Además, eliminar hábitos tóxicos como el tabaco, el café en exceso (2-3 tazas al día sería aconsejable en estados de ansiedad leves, en casos graves se tendría que eliminar completamente), el alcohol, ambientes muy ruidosos y contaminados, etc.

 

 

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