Los carbohidratos por la noche están más que descartados para la mayoría de las personas, porque nos engordan. ¿Es realmente cierto?
La afirmación de no comer hidratos de carbono por la noche surge del pensamiento de que por la noche, después de cenar, no vamos a estar tan activos como durante el día, por lo que nuestro metabolismo disminuirá y será más probable que los carbohidratos se transformen en grasa. Además, aseguran que la sensibilidad a la insulina es menor que a primera hora del día por lo que no seremos capaces de tolerar bien la glucosa que aportan los carbohidratos por la noche.
Pues bien, después de realizar muchos estudios se ha observado que el metabolismo durante el sueño no es diferente al que tenemos durante el día. Además, en personas que practicamos ejercicio y mantenemos un peso saludable, nuestro metabolismo puede aumentar durante el sueño. Es decir, que la realización de ejercicio físico de manera prolongada hace que gastemos más energía, lo que se traduce en una mayor oxidación de grasas, durante las horas de sueño nocturno.
¿Como actúa nuestro cuerpo en la comida y en la cena?
Si comparamos la primera hora de la mañana con la hora de la cena, la acción de la insulina es mucho más efectiva a primera hora de la mañana, pero porque venimos de un estado de ayuno (8 horas de sueño sin comer), de aquí que des-ayunemos. Pero lo correcto sería comparar la acción que tiene la insulina en las dos comidas principales, comida y cena. En este caso, la acción de la insulina es la misma por lo que podemos metabolizar igualmente bien los carbohidratos si los comemos en la cena.
Eliminar los carbohidratos a última hora del día no hace que no engordemos, es decir, no es la eliminación de los alimentos ricos en carbohidratos lo que hace que bajemos de peso o no engordemos. Al limitar un grupo de alimentos lo que estamos haciendo es reducir la cantidad de calorías que consumimos a lo largo del día, y por ende, reducimos la ganancia de peso.
La reducción de las calorias está indicado para personas con sobre peso u obesidad, en las que para poder lograr un peso saludable, deben realizar una dieta hipocalórica (baja en calorias), pero teniendo en cuenta las necesidades nutricionales de cada persona, para evitar crear déficits nutricionales, y que la progresión a una dieta normocalórica sea la adecuada y evitemos el efecto rebote.
Si tu objetivo es mantener un peso corporal saludable, te recomendamos que los alimentos ricos en carbohidratos estén repartidos próximos a la realización de ejercicio físico, o en los momentos del día que vas a estar más activo.
Por que cada persona tiene unas necesidades y características diferentes, es importante acudir a especialistas formados y titulados en nutrición y salud, para asegurarte unos resultados y un tratamiento correcto.
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