Espalda sana
Llega Septiembre, terminan las vacaciones para much@s y es la hora de volver a la rutina y prepararnos para iniciar otra vez las jornadas de trabajo o de estudio. Un gran porcentaje de la población, entre estudiantes y trabajadores, pasa numerosas horas sentado en una silla al cabo del día. Esto puede ocasionar grandes molestias si la postura que adoptamos no es la correcta.
Una espalda sana no se consigue solo en el gimnasio, debe comenzar sobre tu silla de trabajo porque la mayor parte de los problemas se originan mientras estas sentado.
La principal causa de los problemas de espalda son los incorrectos hábitos que adoptados en nuestra vida social y sobre todo laboral, es especial pasar largas jornadas sentados en una silla, una posición estática que termina generando compensaciones y patrones posturales incorrectos que una vez producidos, resultan muy difíciles eliminar.
Resetea tu postura
De poco sirve hacer unos estiramientos en el gimnasio o realizar un ejercicio para rotadores, si luego pasamos muchas horas sin movernos sobre la silla. Resulta mucho más eficaz realizar algún ejercicio de movilidad y activar ciertos grupos musculares cada cierto tiempo.
La gravedad es una fuerza continua que hace su efecto poco a poco, nos va “aplastando” lentamente a medida que estamos estáticos sobre la silla. El objetivo es vencer a esta acción manteniendo una posición activa y no pasiva, y es aquí donde tenemos una buena noticia: con pequeñas acciones podemos lograr grandes resultados.
¿Silla o fitball?
Sentarse sobre un balón aporta ciertas ventajas frente a realizarlo en una silla. Sin embargo, no solo es cuestión de cambiar uno por otro, además debemos garantizar una postura activa para obtener sus beneficios.
Al no tener respaldo, se evitan posiciones de apoyo dorsal que terminan en actitudes cifóticas. Su situación inestable consigue mayor activación del sistema nervioso y nos invita a estar más dinámicos. El punto de presión es más amplio y variable, no recae sobre un solo punto de forma intensa como en la silla. Al ser dinámico, evita en gran medida presiones sobre la misma zona y consigue una mejor circulación, lo que evita hormigueos, mala circulación e incluso dolor por presión en terminaciones nerviosas.
Mejor postura, mayor productividad
No solo mejora tu postura, también mejorará tu rendimiento laboral. La re-activación de la postura conlleva también la re-activación del sistema nervioso, elevando la atención y desarrollo de acciones cognitivas. Realmente, pasar más de dos o tres horas seguidas sentados en el puesto de trabajo, está demostrado que desciende el rendimiento. Levantarte, moverte, subir escaleras… “saca” al cerebro de una tarea rutinaria y lo activa, mejorando la atención y la productividad.
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