¿Es buena la sal?

La sal común es un alimento rico en sodio, con un alto contenido en magnesio y yodo, y no tiene calorias. Entonces, parece ser un alimento beneficioso para el organismo, pero como todo, es saludable en su justa medida.

La sal es un mineral indispensable para la vida, ¿para qué necesita la sal el cuerpo? Para funcionar correctamente, ya que:

  • Introduce agua en el interior de las células, contribuyendo a una correcta hidratación del cuerpo
  • Es esencial para que el sistema nervioso transmita impulsos al cerebro y para la relajación muscular
  • Ayuda a controlar el agua del organismo y a regular los fluidos del cuerpo
Pero por otro lado, un exceso ¿puede conllevar un riesgo para la salud? La respuesta es claramente SÍ, ¿por qué?:
La cantidad de sal que los riñones no pueden eliminar, se acumula en sangre. Como retiene el líquido del organismo, el volumen de sangre circulante aumenta y el corazón se ve obligado a trabajar más para mover toda la sangre. Este proceso conlleva a un aumento de la presión arterial (hipertensión arterial) que a su vez, puede desencadenar trastornos renales y cardiovasculares (infartos de miocardio o cerebrales, insuficiencia cardíaca, etc.), entre otras enfermedades.
A su vez, demasiada sal en el organismo hace que se elimine más calcio (suponiendo para el organismo un riesgo aumentado de padecer de osteoporosis), favorece algunos tipos de tumores como el cáncer de estómago, dificulta la función del aparato respiratorio y favorece el sobrepeso y la obesidad.
Se recomienda un consumo diario de 5g al día (1 cucharita de café llena al día). Pues bien, un estudio reciente observó que de media los españoles consumimos 9,7g al día, doblando así las recomendaciones. Y como os hemos comentado, esto puede conllevar varias enfermedades.
Entonces, ¿qué debemos hacer? Intentar reducir el consumo hasta los niveles que son recomendados, y ¿cómo?
  • Sustituir por especias, hierbas aromáticas o limón, ya que potencian el sabor y aroma del alimento.
  • Evitar los platos precocinados y aumentar el consumo de alimentos frescos porqué contienen menos sodio.
  • Lavar las conservas (ejemplo: lentejas, garbanzos en conserva, etc.) con agua.
  • Cocinar con poca sal y no ponga el salero en la mesa
  • Reducir el consumo de snacks salados (patatas de bolsa, patatas fritas, frutos secos, galletas saladas, palomitas…) y encurtidos (aceitunas, banderillas, pepinillos en vinagre…)
A parte, os recomendamos que la poca sal común que utilicéis la sustituyáis por aquellos tipos que sean más saludables. La común es muy refinada (tratada en exceso) y eso conlleva un menor contenido en magnesio y calcio y un mayor contenido de aditivos. Algunas alternativas que contienen muchos más minerales que la común: marina, del Himalaya, la negra de la India o la vegetal (obtenida después de secar y moler algas marinas).

¿Y la sal en el deporte?

La pérdida de sales es superior en deportistas que en personas sedentarias debido a la sudoración, y una falta de electrólitos facilitaría la presencia de calambres y dificultaría la contracción muscular.
En entrenamientos o competiciones de menos de 2 horas es totalmente factible recuperar los electrolitos a través de las bebidas deportivas. No obstante, en prácticas deportivas de más de 2 horas, estas bebidas pueden resultar insuficientes para reponer los electrolitos (sales) perdidos por sudoración.
En un estudio reciente, se analizó la efectividad de la toma de cápsulas de sal durante un medio Ironman (carrera de triatlón de media distancia) junto a bebida deportiva, y se comparó con aquellos que solo tomaron bebida deportiva.
Los triatletas que tomaron sal durante el entrenamiento, terminaron la carrera 26 minutos antes –de media- que los que tomaron solo bebida deportiva, sobretodo mejoraron sus velocidades en bicicleta y en carrera.

Este efecto positivo se relaciona con un incremento de los electrolitos en sangre, que hace que beban más fluido durante la carrera y mejora los balances de agua y sales durante la competición.

No olvidéis que disponemos de un servicio de dietética, nutrición y entrenamientos personalizados para conseguir los objetivos que os propongáis, para daros consejos de alimentación saludable, para ayudar en el tratamiento de enfermedades, para adecuar una correcta suplementación y dieta en el deportista, etc.

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