Es bien sabido que la fruta contiene altos niveles de fructosa, un tipo de carbohidrato simple como la glucosa o azúcar refinado. El azúcar de la fruta, la fructosa se encuentra tanto en la fruta como en los vegetales (en menor cantidad), en la miel y los diferentes siropes.
Metabolismo de la fructosa:
Las similitudes entre la fructosa y glucosa son evidentes, sin embargo, cabe recalcar que la glucosa se absorbe instantáneamente produciendo un pico de azúcar alto y maltratando el hígado. Esto nos provee de energía en poco tiempo pero está se disipa de manera rápida. En cambio la fructosa tiene un IG (índice glucémico) bajo y por la tanto existe una menor concentración de glucosa postprandial. Además como el azúcar de la fruta se acompaña de otros nutrientes tales como la fibra, no genera estos picos de azúcar tan altos. De esta manera la fibra existente regula la glicemia en sangre.
En contraposición un exceso de fructosa como tal puede reducir la oxidación de ácidos grasos, e incrementar la síntesis de lípidos, que a largo plazo puede producir una hiperlipidemia. Cuando la grasa se almacena en el hígado puede conducir a lo que se conoce como hígado graso. Esta acumulación de lípidos en el hígado, aunque no da sintomatología en un primer momento, puede acabar originando inflamación en este órgano, y a la larga podría derivar en patologías más graves. Por lo tanto, no es recomendable un consumo elevado de fructosa en personas con enfermedades cardiovasculares, con sobrepeso u obesidad.
¿La fructosa engorda?
En conclusión, la fructosa de la fruta es beneficiosa dado el efecto que genera la fibra pero no hay que abusar de está. Se ha de tener en cuenta la hora a la que se realizan estas ingestas, ya que siempre será mejor su consumo por la mañana, después o antes de haber entrenado que por la noche antes de ir a dormir en el caso de personas con obesidad o sobrepeso.
En personas con normopeso, sanas y activas no causa los efectos nocivos comentados anteriormente, por lo tanto su consumo no está limitado pero nunca hay que excederse ya que cualquier exceso es perjudicial.
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