Hola Impulsers, hoy es traemos un artículo del que ya hemos hablado por encima con anterioridad pero queremos profundizarlo, se trata del huevo como base de nuestra dieta y del colesterol que nos pueda aportar.
Nutrientes del huevo
El huevo juega un papel importante en nuestra dieta. Además de su valor nutritivo, de ser culinariamente muy versátil y fácil de preparar, es barato. Es el alimento con mayor densidad de nutrientes entre los que se consumen habitualmente, especialmente rico en proteínas de alto valor biológico, ya que contiene todos los aminoácidos esenciales.
También nos damos cuenta en la calidad de las grasas que contiene la yema, por su contenido en ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados superando ampliamente los saturados que pueda contener.
Además por último los huevos contienen una gran cantidad de vitaminas y minerales como por ejemplo: Vitamina A, E, Riboflavina, Niacina, Ácido fólico, Vitamina B12, Biotina, Ácido pantoténico, fósforo, hierro, cinc y selenio.
Esta alta concentración en macronutrientes y micronutrientes va acompañado de un bajo aporte calórico, dos huevos nos aportarían unas 140 kcal, y su utilización en cualquier dieta para diferentes grupos de edades, como a niños, adultos, personas mayores…
La yema está formada por un 50% de agua, un 30% de grasas, 16% de proteínas y un 1% de carbohidratos. Mientras que la clara está compuesta por 90% de agua y un 10% de proteínas. Hay una severa diferencia entre la cantidad de grasas de ambas partes.
Gran parte del huevo es agua, la yema es la parte del huevo que contiene grasas, un 30% incluyendo las grasas saturadas, poliinsaturadas y monoinsaturadas, aparte del colesterol, por lo cual no podemos afirmar que el consumo del huevo esté relacionado con un aumento desproporcionado del colesterol.
Claro está, que el consumo de cualquier alimento en su exceso comporta efectos secundarios y descompensaciones en nuestro organismo.
Nuestro organismo necesita el colesterol para producir hormonas, vitamina D y está presente en las estructuras membranosas de nuestras células. Aunque el cuerpo produce colesterol, también es necesario ingerirlo de manera externa, sin excedernos para no provocar una hipercolesterolemia y poder sufrir problemas cardíacos y vasculares.
El colesterol puede encontrarse en alimentos de origen animal, yemas de huevo y queso.
Causas principales de tener una concentración elevada de colesterol:
– Malos hábitos alimenticios: Consumir de manera excesiva alimentos ricos en grasa saturadas o hidrogenadas (mayormente conocido como grasas trans), alimentos procesados y fritos que ayudan a elevar la concentración de colesterol LDL conocido como «malo»
– Fumar: Entre varias funciones negativas para nuestro organismo, uno de ellos es el de reducir el colesterol HDL (bueno) y aumentar el colesterol LDL (malo)
Por tanto podemos concluir a que no se debe renunciar al consumo del huevo o relacionar este consumo al del incremento del colesterol ya que constituye una pérdida nutricional y gastronómica imprescindible en nuestra sociedad y organismo.
Tenemos que centrarnos en el resto de alimentos que consumimos para ver si estos son los que perjudican al nivel de colesterol y no achacar al culpa al consumo de huevo.
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